Quiero correr…
correr, no, ¡saltar!
Si. Quiero
saltar, saltar más allá de esta tenue luz.
Si. Esa luz que
no me ciega,
pero me molesta en mi búsqueda de oscuridad,
esa pequeña y
débil luz llamada vida.
Saltar, saltar
mas allá de esa delgada línea entre
el cielo y la
tierra, el cielo y el mar, la libertad y opresión.
Quisiera saltar
y despegarme de esta horrible
y físicamente
molesta gravedad, exacto,
aquellas cadenas
permanentes e invisibles,
cuya opresión es tan fuerte que impide
realizar sueños,
cumplir
voluntades, juntar esperanzas, abrir caminos,
vivir vidas.
Realizar un
salto que me ayude a alzar vuelo.
¡Eso es! ¡Volar!
Quiero volar en
búsqueda de mi libertad, en búsqueda de mi otro yo,
del compañero
lejano cuyo rostro es reflejado en mis ojos cuando miro las estrellas,
aquel ser tan
feliz como la luz de las estrellas en la inmensa oscuridad.
Volar para dejar
atrás la gravedad,
oh molesto
elefante sobre mis hombros,
hormigas bajo
mis pies, Parca en mi espalda,
cadenas de una
vida mas.
Alzar vuelo en
busca de la oscuridad,
Dejar atrás la
tenue luz del suelo, cual calor ya no da abasto para mas cabezas,
cual luminosidad
no logra elevarse, cual reflejo no logra verse.
Quiero volar y
posarme en la infinita oscuridad del cielo.
¡Si, así es! Quiero
morir.
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