17/4/12

Akuma no Doragon (Version novela ligera)


Autora Original: Megu-chan.
Versión Novela Ligera: Dizeros.


Capitulo 1: Mitad Humano, Mitad Demonio.
Cada vez… Cada vez que cierro los ojos, tengo el mismo sueño una y otra vez, me veo de pequeño, recuerdo el día en que mi madre murió y soy llevado con unas extrañas personas, nunca puedo ver sus rostros, pero siempre recuerdo el pendiente que se les ilumina en la oreja derecha, es una luz que no me ciega, todo lo contrario me fuerza mirarla, a mirarla con odio. Guiado por la luz llego a una habitación oscura, soy acorralado en un esquina y escucho como comienza escurrirse agua en algún lugar, ese sonido repercuta en mi cabeza, una y otra, y otra, y otra vez. Luego de eso todo se vuelve oscuro, poco a poco la habitación se ilumina con un rojo intenso, es tan fuerte que me ciega. Cuando mis ojos logran acostumbrarse al brillo, logro ver el cuarto. Me encuentro en la misma esquina, pero esta vez frente a mí se encuentra una pila de cadáveres cercenados, están apilados en una columna y otras partes varias esparcidas por la habitación. Quiero gritar, pero mi voz no sale, quiero llamar a mi madre, pero no puedo. Un miedo horrible recorre mi espalda, se posa en mis hombros y me presiona hasta el suelo, quiero cerrar mis ojos pero no seden a mi voluntad, observo los cadáveres sin poder moverme, sin poder hablar ni desviar la mirada. Cuando al  fin creo poder gritar, abro los ojos y vuelvo a ver oscuridad.


-Ya anocheció, debí quedarme dormido después de sentarme a descansar.
Con cuidado, me levanto y limpio mi ropa que estaba sucia por el polvo del suelo, observo a mi alrededor, me encuentro en un bosque oscuro y espeso, estoy aquí por trabajo y me había sentado a descansar junto a un árbol, sin embargo debo haber dormido bastante, pues antes de sentarme aun no comenzaba a atardecer. Después de caminar unos minutos, escucho el sonido de las hojas en un árbol, luego en otro, después el que le sigue, y el que sigue a ese, en unos segundos me vi envuelto por el sonido de todos los arboles a mí alrededor y antes de que me diera cuenta estaba rodeado por demonios.
-Bien, y yo que creía que tendría que buscarlos por todo el bosque, ¡Me han ahorrado gran parte del trabajo, ahora acabemos con el resto! –Grité mientras desenvainaba mi katana.
Para mi suerte, todos eran demonios sin rango, por lo que no atacaban organizados y sus movimientos eran algo torpes, así que podía predecirlos sin mayor dificultad, sin embargo, eran demasiados y no me daban tiempo para descansar. Muchas veces rompían mi guardia y desequilibraban mi ritmo, en otras ocasiones corrían de mí y tenia que perseguirlos por el bosque de forma que terminaba aun más agotado. La batalla se prolongo durante toda la noche, hasta el amanecer, había derrotado a la gran mayoría de los demonios y solo quedaba un par que aun huía de mi.
Cuando al fin alcance al demonio que estaba persiguiendo, vi a una chica que estaba siendo atacada por él. ¿Quién era? ¿Qué estaba haciendo en el bosque?, embobado sobre que hacia una niña como ella en el bosque, me detuve el tiempo suficiente como para que el demonio pudiera atacarla, por suerte logro esquivarlo pero esta ves estaba acorralada frente a él, me apresure a sacar mi katana y clavarla en la cabeza del demonio.
-Con este ya deberían estar todos… -Dije.
-¡Cuidado!- Grito la chica que estaba en el suelo.
Un demonio salto sobre mi espalda aprovechando mi descuido, gracias al grito de ella logre reaccionar a tiempo para darme vuelta mientras pateaba, el demonio cayo al suelo y antes de que pudiera pararse clave mi katana entre sus ojos.
-Aun quedaba uno, que molesto. Cazarlos toda la noche, no es nada divertido… -Dije guardando mi espada.
-¿Qué eran esas cosas? –Me preguntó la niña con una mirada de estar aun sorprendida.
-…¿Cuándo llegaste tu aquí? –Pregunté fingiendo no haberla visto.- ¡No me digas que eres un fantasma que ronda por el bosque!
-¡Claro que no tonto, estuve aquí todo el tiempo, incluso te ayude!
La chica llevaba un pequeño animal entre sus brazos, parecía un demonio así que se lo arrebate, al mirarlo mas de cerca confirme que efectivamente era un demonio sin rango.
-¡Hey! ¡Que haces!.. –Dijo en respuesta a que le quitara el pequeño animalejo.
Desenvaine mi espada para eliminar a la pequeña peste, pero al darse cuenta de mis intenciones la niña me lo arrebata de las manos y vuelve a envolverlo fuertemente entre sus brazos.
-¡Detenté!, ¿¡Qué crees que estas haciendo!?
-Que voy a estar haciendo, intentaba matarlo, que mas va a ser, esa cosa es un demonio por si no te has dado cuenta. Soy un cazador de demonios y mi trabajo es-
-¡No! –Me interrumpió mostrándome su lengua
Por alguna razón, la irrespetuosa e inmadura actitud de la chica estaba frente a mi, me enfado de tal forma como no lo había hecho en mucho tiempo.
-Kuma es… ¡Kuma es mi amigo! –Me gritó mientras lloraba.
-¿Quién podría ser amigo de un demonio?.. ¿Y por qué rayos esta llorando? –Pensé.
-Lo que digas. –Respondí resignado.- Bueno, nos vemos.
Por alguna razón, al despedirme de ella quede con una sensación de vacio en mi interior, fue como si algo me digiera que era preferible permanecer con la chica, cuando estaba por voltear a verla, ella se aferra a mi torso, presionando justo en la profunda herida que me propino el combate de la noche anterior.
-¡No me dejes sola, el bosque me quiere comer! –Grita llorando.
-¡Agh!, ¡No me toques estúpida!
Al parecer sintió la sangre que corría por mi estomago y me soltó rápidamente para confirmarlo con sus ojos, cuando vio su mano ensangrentada se asusto de inmediato.
-¡Estas herido! –Me gritó preocupada.
-¡Wow, eres una genio! ¿Podrías decirme de que color es el pasto también?.. Esto… no es de tu incumbencia.
Eran tanto los demonios que me atacaron esa noche que era imposible salir ileso, pero esta herida en especial, fue por un completo descuido mío, en medio del combate confiado en que el numero de demonios era los que podía ver, ataque con todas mis fuerzas para acabarlos rápidamente, sin embargo llegaron cada vez mas, y se produjo el momento en el que no tenia fuerzas ni para defenderme, fue ahí donde me hirieron.
El dolor de la herida volvía a atacarme, esta vez mucho mas intensamente, tanto era el dolor que no pude mantenerme de pie y mi vista se fue nublando poco a poco, lo ultimo que recuerdo antes de desmayarme fue el rostro de preocupación de la chica llorona que aun me estaba siguiendo.
Otra vez esta oscuridad, nuevamente vienen esas imágenes a mí, me pregunto cuando será el día en que deje de recordar lo que quiero olvidar. Cuando me desperté me encontraba en una pequeña habitación, no había muchas cosas además de la cama y una ventana a mi lado, era un lugar desconocido para mí. Me senté rápidamente en la cama debido a la conmoción, era la primera vez que me desmayaba en bastante tiempo.
-¿Dónde… dónde estoy?
-Buenos días, cazador de demonios Tucker Doragon. Es tu nombre ¿no? –Me dijo nuevamente esa niña llorona, pero esta vez estaba sonriendo.
-…Estuviste revisando mis bolsillos ¿verdad?
-¡Si, lo siento mucho! Pero a cambio te diré mi nombre.
-No gracias.
-Candel Heidrich. –Dijo mientras me sonreía.
-Dije que no quería saberlo…
-Puedes llamarme Candy y yo te llamare Tuck. ¿Vale?
-Lo que sea. –Le respondí mientras pensaba.- Ni siquiera me esta escuchando.
-Espera… si me desmaye en el bosque y estoy aquí ahora…-Balbuceé avergonzado mientras imaginaba lo sucedido.- significa que tu me cargaste todo el camino, ¡Debí haber muerto en el bosque!
-Dijiste lo mismo que en el manga pero con otras palabras…
-¿Cómo?
-¡Ah!, nada, nada. Pero a decir verdad fue Nana la que te cargo hasta aquí.
-¿Nana?  ¿Quién es Nana?
Apenas termino de hablar, una enorme sombra parece de pronto frente a nosotros.
-¿Te sientes un poco mejor? –Me preguntó Nana
Ambos gritamos espantados por la repentina aparición de Nana, tanto fue el susto y la impresión que caí de la cama en la que estaba.
-¡Dios, no nos asustes así Nana! –Grito Candy.
-¡Un oso, un oso entro en la casa!, ¡Nos esta sonriendo, nos quiere comer, dios, es demasiado feo!
Entonces la Mujer-Anciana-Oso por algún motivo, razón y circunstancia que sinceramente desconozco, me ataco a coscorrones violentamente.
-¿A quien estas llamando oso, mocoso?
-¡Lo siente, retiro lo dicho, lo retiro!, ¡Ay, y además te salió un verso sin mayor esfuerzo! –Grite mientras me daba a coscorrones.
-¿Eh?, vaya tienes razón. –Dijo riendo como Santa Claus.- Que habilidad la mía, bueno tengo cosas que hacer, nos vemos.
Y así como repentinamente llego, repentinamente se fue,  recordare este día como la vez en que conocí a la cosa más parecida a un hombre-oso.
-Bueno por lo menos ya tengo un nombre, no tendré que ser un tipo anónimo que va contando su historia de cómo destruye demonios, y tu también ya lo tienes, el escritor ya estaba teniendo problemas con como mencionarte, “chica”, “ella”, “niña”, ya las había usado muchas veces… Es un inútil.
-¿Eh?
-Nada, nada. –Conteste.- Donde estará mi ropa…
-Esto… ya que sabes mi nombre y yo se el tuyo… pensé… bueno si tu quieres… tal ves tu y yo podríamos… tu sabes… ¿ser amigos? –Murmuraba Candy, mientras yo me vestía.
-Por un momento pensé que me pedirías algo indecente… -Respondí caminando a la puerta.- Como sea, nos vemos.
-¡Espera no tienes porque irte todavía, podemos… podemos jugar a las cartas o algo!
-¡Como si estuviera aquí para hacer tonterías, tengo trabajo!
-Por lo menos puedo llevarte a la salida, ¿ok?
-B-bueno, ya que insistes… -Conteste avergonzado por no saber donde me encontraba.
Candel o Candy como quería que la llamara, me mostro el convento donde me encontraba, al parecer si bien ella lo llamaba un convento no habían monjas, estás comenzaron a marcharse con la excusa de que el lugar estaba maldito, luego este lugar poco a poco fue convirtiéndose en un hogar para aquellos que no lo tenían. Era un lugar bastante amplio rodeado de muchos edificios que probablemente servían de habitaciones, y en el centro una enorme iglesia, era tan ridículamente grande que me hacia sentir incomodo. También me conto su historia, de cómo llego a este lugar, su madre había sido asesinada por militares y su padrastro la trajo a vivir en este convento hasta que cumpliera dieciséis años, por lo que pronto debería dejar el convento, ya que hace poco los había cumplido. Realmente no la entiendo, es una chica muy rara, ¿Cómo puede hablar tan normalmente con un completo desconocido como yo?, mas aun si sabe que estoy relacionado con los militares, como puede ella contarle todas esas cosas a alguien como yo… a algo como yo.
-¿Quieres entrar a la iglesia? –Me pregunta Candy.
-No…, odio las iglesias.
-… -Candy se queda parada sin decir nada.
-… -Espero a que suceda algo.
-… -Sigue sin hacer nada.
-¡Que demonios se supone que estamos esperando! –Grite perdiendo mi paciencia.
-¡Ah!, es que según el manga ahora es cuando aparece otro personaje. –Me dice Candy.
-¡De que rayos hablas! –Volví a gritar.
-Pero que es todo este ruido, ¡compórtense!, están frente a la casa de Dios.
-¡Padre Áragon!, ¡Menos mal, ya creí que tendría que leer otra redacción de Tuck!
-¡Oye!
-Chico, ¿Cómo esta tu herida? –Me pregunta el padre.
-Mejor supongo. –Conteste fríamente.
-Bien, entonces vete.
-Espera, espera, ¿Por qué eres tan agresivo con Tuck?
-Candy, no puedo permitir que este ciervo salvaje este más tiempo aquí. –Dijo el padre dirigiéndome una mirada muy fría.
-Tranquila, siempre me pasa. –Dije suspirando, mientras pensaba.- Supongo que es la consecuencia de ser diferente.
-Pero… -Balbuceo Candy.
-Vamos, sigamos con el recorrido, no me iré de esta zona hasta que termine los asuntos que tengo aquí. –Le dije mientras comenzaba a caminar.
El pueblo era bastante rural, lo más singular es que era autosuficiente, vivían de lo que recolectaban, algo muy singular en esta época. Pero al igual que en cualquier parte, la gente de este pueblo parecía evitarme, como en todos lados, todos a excepción de esta chica rara que me estaba mostrando los alrededores. Realmente no me canso de pensar lo muy extraña que es, hablaba sin parar, tanto así que durante el poco tiempo que estuvimos caminando fácilmente pudo haber contado la mitad de su vida si tuviera 80 años, de cierto modo fue divertido escuchar que siempre se metía en problemas, y los castigos que tenia que pagar por eso, por otro lado también me sonó muy familiar, ella parecía el mismo tipo de persona que yo, parecía muy solitaria.
-Por cierto, me estaba preguntando, ¿en que época estamos? –Me pregunto Candy.
-¿Por qué preguntas algo como eso?
-Bueno es que… lo acabaste de mencionar en tu redacción y eso…
-A saber, el escritor no lo sabe y con lo flojo que es dudo que alguna vez se lo llegue a preguntar a la autora. –Respondí mientras avanzaba sin perder el paso.
De pronto en el horizonte se pudo ver al demonio que Candy llamaba su amigo, la alerte de esto y ella asintió, al estar mas cerca me di cuenta de que era perseguido por otros tres demonios más, antes de los demonios alcancen a unas aldeanas, me adelanto y con mi katana y  parto por la mitad a uno mientras que al otro le reviento la cabeza estrellándola contra el suelo. El tercer demonio no era como los otros dos, hablaba, lo que significa que era un demonio de Rango E, balbuceo algo como acabar con los traidores y se lanzo contra Candy, antes de que llegara a ella me hago cargo de el cercenándolo, fue bastante fácil, después de todo un Rango E no es muy fuerte. Apenas había terminado de eliminar a los demonios me doy cuenta de mi entorno, estaba completamente rodeado por los aldeanos, quienes me amenazaban para que me fuera, tanto así que me lanzaron piedras, la cual una llego a mi cabeza haciendo que sangrara e incluso aun peor, uno de ellos grito “Todo esto es debido a los problemas que trajo ese chico”. ¿Chico?, ¿yo?, como se atreven a llamar de esa manera a un adulto-joven de dieciséis y medio.
-Nya… ¡Basta! ¡Él no es una mala persona, es… es… mi amigo! –Grita Candy y por alguna razón lo hace con mucha fuerza.
-¡Woah!, al fin dice la supuesta muletilla que tiene en el manga, menos mal, ya creí que al escritor se le olvidaría, con lo que le gustan los gatos… o las chicas gatos. –Dije.
-¡No te dejes engañar, ese chico es… un demonio! –Grito el padre, quien era el que dirigía a la multitud.
-¡Felicidades, me has descubierto! –Grite mientras me abalanzaba sobre el con mi forma de demonio levemente liberada.
-Sus ojos… cambiaron. –Escuche murmullar a Candy, antes de atravesar al padre con mi katana.
-¡Bastardo! –Grito Áragon escupiendo sangre.
-Soy un cazador de demonios y mi misión era investigar la extraña desaparición de un grupo de monjas, de ser el culpable un demonio debía eliminarlo, ese demonio eres tú.
-¿C- cómo supiste que era y-yo? –Dijo con dificultad después de haber revelado su verdadera forma como demonio.
-Los humanos perciben que soy diferente, sin embargo no tienen la habilidad de detectarme como demonio, los únicos que pueden hacer eso son otros demonios.
-¡Ya escuche suficiente, voy a matarte! –Grito desesperadamente.
-No lo creo, después de todo eres un simple demonio de Rango D, además mi katana es llamada Katu, su habilidad es evitar la regeneración del enemigo, y eso que acabo de atravesar es tu centro espiritual, o en otras palabras… -Luego de decir esto el demonio comenzó a chorrear sangre y cae al suelo.- tu muerte.
Tome mi katana y la envaine, me dispuse a caminar antes de que se formara una conmoción mas grande en el pueblo, antes de que pudiera dar cinco pasos, esa extraña chica me volvía a hablar.
-¿Adonde vas?
-Ya termine mi trabajo aquí, además no me gusta quedarme a limpiar. Si no te quedo claro te lo explico, soy un demonio ¿entiendes?, algo malo, así que será mejor que te alejes de mi. No te culpare si quieres olvidar que alguna ves hablaste conmigo. –Le respondí muy fríamente.
-¡P-por favor llévame contigo!
-¿Cómo dice usted que me dijo? –Respondí.
-Q-que me lleves contigo.
-Así que era eso, siendo así… no.
-¿Eh? Suenas más calmado de lo que pensé. En el manga te sorprendías mucho más.
-No tenia ganas de sorprenderme. –Respondí rápidamente.
-Pero…
-No. –Respondí en 0,000000001 segundos.
-¡Como sea, solo llévame contigo, prometo que no seré una molestia!
-¡Claro que no, ni lo sueñes! –Grite.
-Hey, Tucker. –Dice Nana quien se acercaba por la espalda.
-Escucho el rugido de un oso… -Entonces me doy vuelta y veo a Nana.- ¡Wah! Es la Mujer-Anciana-Oso, vino a terminar lo que empezó.
-Solo cállate y escúchame. –Dijo Nana muy seria.
Luego de escuchar lo que Nana me tenía que decir, decidí dejar que Candy viniera conmigo, por lo menos hasta que pueda encontrar a un familiar suyo con quien dejarla, pero como lo esperaba, no paraba de llorar y quejarse apenas salimos del pueblo-convento o lo que sea.
-¿Por qué terminaste dejándome viajar contigo? –Me pregunto Candy.
-Porque al parecer según la autora, soy tan buena gente como para llevar conmigo a una chica que no conozco, y porque en donde vive no puede quedarse después de los 16 años y esto sin fundamento alguno pues hay hasta ancianas y osos viviendo en el, además de que tienes un padrastro del que hasta la fecha no se sabe nada y supuestamente es muy malo, se supone que debería de decir no tengo opción, a pesar de haber un sinfín de opciones para encargarme de ti. Pero bueno,  así es el manga.
-¿De que mi3|2|)4 estas hablando?
Este mundo… creí que lo conocía, creí que por haberlo entendido, comprendía perfectamente lo cruel que era, y por eso había escapado de el, pero ahora hay una humana que no me tiene miedo, que tiene como mascota a un pequeño demonio-pikachu-duonicornio. Este mundo es realmente extraño.

2 comentarios:

  1. Lo ameeeeee, jaja aunque fue bastante extraño lo de la mujer oso, pero esta muy bueno, las intervenciones narrador-autor, la forma de referirte al manga, hiciste un buen trabajo, está muy bueno :)

    ResponderEliminar
  2. Realmente muy bueno y novedoso en la forma que esta escrito :3

    ResponderEliminar