8/4/12

Retorno a la realidad.


¿Por qué respiramos?, ¿Por qué parpadeamos?, lo mas probable es que al escuchar las palabras “respirar” y “parpadear” te des cuenta de que estas haciendo estas cosas inconscientemente, sin embargo si yo no las hubiera mencionado seguramente ahora las seguirías haciendo sin darte cuenta. Mi historia comienza así, con una palabra que hace darme cuenta de lo que hago constantemente pero sin ser consiente de ello.
¿Mi nombre?, quizás a algunos les interese quizás a otros no, para aquellos interesados pueden llamarme Daniel Espinoza, para los que no, simplemente conózcanme como “él”. Todas las mañanas me despierta una inquietante luz que ataca directamente  mis ojos, el sol es realmente molesto cuando tienes una ventana al lado de tu cama, todos los días al bajar a desayunar mi madre y mi padre ya han salido a trabajar, por lo que tengo que ser yo quien prepare el desayuno y no solo para mi si no que también para mi hermana. Ella es dos años mayor que yo, va en cuarto medio, yo estoy en primero y siendo sincero es algo molesto tener que cuidar de tu hermana mayor. Debido a que la escuela comienza durante la tarde, mi hermana duerme demasiado y cuando se levanta a veces se enoja si no le tengo listo el desayuno. Cuando ya había terminado
de desayunar, ella baja las escaleras en pijamas y me dice.



-Dani, tengo hambre.
-¿Y por qué me lo dices como si tuviera que hacer algo?, prepáratelo tú.- Respondí simulando estar enfadado, ya era hora de que comenzara a valerse por si misma.
-Vamos no te enojes y alimenta a tu linda hermanita ¿si?- Me dijo mientras me sonreía con su cara de recién levantada y el cabello desordenado, aunque a pesar de eso, es verdad que aun así era muy linda.
-Bien, bien, madame.-Conteste mientras se lo servía.
Al terminar de desayunar y de arreglar sus cosas para el colegio, mi hermana Ana me dio una palmadita en la espalda mientras miraba televisión desde el sofá, lo que significaba que estábamos listos para partir. Procurando tener todas las luces apagadas y ventanas cerradas, al igual que las puertas, fui junto a Ana rumbo al colegio.
Mi colegio es bastante ordinario, por lo que no creo que sea pertinente describir como es, simplemente imagina que sea tu colegio, no creo que quien este leyendo esto no fuera al colegio, y si no lo a hecho me pregunto si aprender a leer es mas fácil de su forma. Al entrar a la sala de clases siempre me dirijo lo mas rápido posible a mi puesto, ni siquiera miro a nadie e intento pasar desapercibido, no es como si no quisiera hablar con nadie, al contrario, si bien no tengo ningún amigo en el colegio, me gustaría mucho estar rodeado por ellos, pero me resulta extrañamente incomodo ir y hablar con los demás, es la misma sensación que tienes cuando estas apunto de hacer algo que no debes, como que las consecuencias que vendrán serán muy feas, por eso hasta ahora he intentado pasar desapercibido lo mas posible.
Durante las clases termino muy rápido las actividades y el resto del tiempo lo invierto en dormir, de esa forma evito contacto visual con los demás, aunque aun si los mirara fijamente dudo que alguien se volteara a mirarme.
Cada ves que cierro mis ojos y comienzo a dormir, tengo el mismo sueño, veo a un niño pequeño jugando en un jardín con una pelota, el niño parece muy feliz como si fuera la primera ves que lo hace, su sonrisa por alguna razón me trae una sensación de nostalgia, luego de un rato llega una señora con una cara serena y amable, pero cuando se da cuenta del niño que esta jugando en el jardín corre horrorizada hacia él, muy alterada sujeta al niño para que regrese a la casa, pero el niño patalea, llora y grita, no quería dejar el jardín, estaba muy feliz en ese lugar y no quería alejarse de esa felicidad, después de esto y por alguna razón el niño se desploma, entonces todo se vuelve negro y es cuando despierto.
Durante el recreo largo me e decidido a hacer amigos, siempre miraba a los chicos que se juntaban durante este recreo a jugar cartas “Go-kon!”, esas son mis favoritas y tengo cartas muy buenas, me acerque a ellos cuando estaban en una partida y mientras mostraba las mías les dije.
-Miren, ¿alguno de ustedes quiere intercambiar cartas conmigo?, tengo algunas geniales.
Ellos siguieron con su partida normalmente como si no les hubiera hablado, esto me avergonzó un poco y callé, mientras miraba su partida me di cuenta de un error en la jugada de un chico, aproveche esto para poder volver a hablar.
-Debiste haber jugado esa carta en esta posición, pero no te preocupes si juegas esta carta combinada con esa otra no deberías tener problemas.
Nuevamente fui ignorado, esto me dejo una sensación muy vacía, como si no estuvieran ignorándome si no que mas bien mi voz no llegaba a ellos. Resignado y algo deprimido fui a la azotea de la escuela como de costumbre, ahí estaba mi hermana como también era de costumbre, ella frunció el ceño y me grito.
-¡Llegas tarde!
-No es como si nos hubiéramos puesto de acuerdo para reunirnos acá.- Respondí vanidosamente.
-No, pero ya es como una tradición que estemos juntos los dos durante el recreo largo.- Me dijo.
Ahí tenia su punto, estaba en lo correcto ya era una tradición que estuviera con Ana durante el recreo largo, principalmente porque no tengo con quien mas hablar.
-Bueno, ¿y por qué te retrasaste?- Me preguntó.
-Intentaba hacer amigos.- Dije mientras me sentaba a su lado.
-¿Hacer amigos, y eso para que?
-Ya sabes, para tener alguien con quien hablar y jugar además de ti.
-Yo siempre estaré ahí para ti, no necesitas ese tipo de cosas. –Dijo sonriendo levemente.
-Como sea.-Conteste fríamente.- Ana, ¿Soy alguien molesto?, ¿soy feo?, ¿soy desagradable?- Pregunte suavizando mi voz.
-No, no y definitivamente no. Tu eres tierno, lindo y abrasable.-Dijo mientras me abrasaba y reía.
-Gracias hermana, pero si es así ¿Por qué no tengo amigos?
Ella guardo silencio durante un momento, parecía estar observando detenidamente el cielo, luego suspiro y me dijo.
-¿Vamos por unos helados en la plaza después de clases?
-Si. –Respondí rápidamente sonriendo.
Al terminar las clases, como ya habíamos pactado Ana y yo nos fuimos a la plaza por unos helados, nos sentamos en unas pequeñas bancas, estos momentos son muy preciados para mi, estar con mi hermana me da una sensación de seguridad indescriptible, siento que puede estar con ella y no tendría que dormir o comer mientras este a mi lado. Siempre digo que soy yo quien tiene que cuidar de Ana pero en realidad es todo lo contrario, yo soy quien se sustenta de ella, es mi pilar, si no estuviera conmigo lo mas probable es que me desplomaría inmediatamente.
De no haber venido a la plaza mi rutina habitual seria otra, por lo general Ana y yo volvemos rápidamente a casa, luego de eso vemos un poco de televisión juntos y terminamos los deberes para el día siguiente. Ya entrada la noche me pongo a preparar la once, a veces Ana se anima y me ayuda con esto, en esas ocasiones hacemos un gran banquete, ya que ella es muy buena cocinando y sabe muchas recetas también, el único problema vendría siendo lo floja que es para hacerlo muy seguido. Terminada la once algunas veces Ana y yo nos ponemos a jugar video juegos hasta la hora de dormir, mis padres llegan muy tarde del trabajo por lo que Ana y yo nos acostamos antes de que ellos lleguen a casa. Hay ocasiones en las que Ana duerme conmigo en mi habitación, esto ocurre cuando hay tormentas eléctricas, por alguna razón le tiene mucho miedo a los relámpagos, aunque tengo la leve impresión de lo que realmente la asusta son las luces muy intensas.
-Ya terminaron los exámenes, realmente me fue muy mal.- Dijo mi hermana para romper el silencio.
-Yo soy todo lo contrario, estoy seguro que me fue bien en casi todos.
-Que envidia…- Dijo con un tono algo deprimido
-Si, papá te regañara y a mi me feli…- Me detuve bruscamente.
-¿Qué sucede?- Me pregunto extrañada.
-Papá… cuando fue… mamá… ¿¡Como son!? –Grite alterado.
-¿Pero que te sucede?, vamos relájate y come tu helado.-Dijo nerviosamente.
-¡Es que no los recuerdo!, no logro recordar sus rostros, ¿Cuándo fue la ultima vez que hable con ellos? Cuando fue…
Entonces me di cuenta de algo absolutamente grave, y me sentí realmente estúpido por no habérmelo preguntado antes.
-¿Cuándo fue la ultima vez que hable con alguien que no seas tú? –Pregunte completamente horrorizado.
En ese momento hubo un enorme silencio, mi hermana paso de estar nerviosa a serenarse completamente, y de la serenidad a la tristeza, se notaba muy triste cuando me respondió.
-Pensé que podríamos estar así para siempre, pensé que no te alejarías de mi lado nunca, fui realmente tonta ¿no?, digo, después de todo es realmente estúpido pensar que algo como yo puede estar contigo. Pero aun así yo disfrute mucho el tiempo que estuve contigo, fui realmente feliz, y también espero que tú lo hayas sido, así que por favor cuando despiertes no me olvides ¿ok?- Dijo con los ojos llorosos.
-No te entiendo Ana, ¿de que estas hablando? ¿De que voy a despertar?- Comencé a preguntarle muy alterado.
Realmente no entendía que estaba hablando mi hermana, y al no entenderle comenzaba a ponerme cada vez más nervioso y no podía evitar la sensación de que había abierto una caja de pandora. Mientras la bombardeaba de preguntas mi hermana solo me miraba fijamente, como si estuviera intentando fotografiar mi imagen por última vez. Luego de un momento mi hermana pone su dedo sobre mi boca para callarme y me dice mientras suelta una lágrima.
-Ya es hora, ¿no lo crees así tu también?, él debería dejar de dormir.
Fue entonces cuando un gran dolor de cabezo me sacudió, alterado por la incertidumbre y molesto por el dolor de cabeza me levante muy rápidamente de la banca y comencé a gritar como un loco.
-¡Dormir! ¿¡Quien esta durmiendo? ¡Que rayos esta pasando! ¡Dímelo Hermana!
Entonces me volteo para mirarla y ella había desaparecido, el dolor de cabeza se agudizó cada ves mas hasta que caí al suelo, entonces tuve nuevamente una revelación.
-¿Hermana? Yo… ¿desde cuando tengo una hermana?
Cada vez era mas insoportable el dolor de cabeza, las cosas a mi alrededor comenzaron a desaparecer hasta que quede en una completa oscuridad, estaba atemorizado, un gran miedo me recorría el cuerpo pues no sabia quien era, que era real hasta ahora, y que demonios estaba pasando con el mundo en el que había vivido durante este tiempo. Una luz aparece frente a mi, en un principio me parecía algo espantoso y me dio mucho miedo, pero luego sentí una sensación de tranquilidad y seguridad, similar a lo que sentía junto con Ana, levante mi mano débilmente para tocar la luz y cuando lo logro mi mente se revuelve por completo y todo se ilumina, entonces obtengo una pesada y desagradable sensación sobre mi cuerpo, como si no pudiera moverlo, como si no estuviera acostumbrado a moverlo y lentamente aparecen imágenes frente a mi.
Estaba abriendo los ojos, me encontraba es una extraña habitación, allí había muchos hombres de bata, y muchas señoritas jóvenes y lindas, sobre mis pies estaba una mujer que lloraba, su llanto por alguna razón me hiso muy feliz mi corazón se encontraba en paz con tal solo escuchar su voz, aun si fuera en llantos, cuando me fijo mejor en la mujer, me doy cuenta de que es la misma mujer que la de mis sueños, al parecer me encontraba en un mundo el cual había dejado hace ya mucho tiempo, no entendía muy bien que estaba pasando, pero si fuera a describirlo en pocas palabras seria de la misma forma que Ana. “Él había dejado de dormir”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario