Carlitos es un niño de 9 años, es bastante hablador e
inquieto como la mayoría de los niños de su edad, pero Carlitos tiene algo en
lo que destacaba más que sus pares, él es un niño muy mentiroso. Este sábado Carlitos
juga con su amigo, Pablo, en el patio de su casa. Mientras los dos niños
juegan, adentro en la casa, los padres de ambos conversan. Carlitos entonces
le dice a Pablo;
-Yo puedo hacer mi mano se salga, así como que se caiga de
mi cuerpo.
-Mentira, nadie puede hacer eso. –Le reprocha Pablo.
-Si puedo. –Le contesta muy seguro Carlitos.
-Entonces muéstrame, ¿A ver?
-Es que ahora no puedo, porque justo lo hice hace un rato y
tengo que esperar a que se recargue. –Dice Carlitos.
-Entonces es mentira. –Le responde Pablo, mientras le sacaba
la lengua.
-Ya, te voy a mostrar, pero no le digas a nadie.
-Bueno.
Luego de esto, ambos van hasta la leñera, en donde Carlitos
se sube a unas cajas para tener altura, levanta las manos y dice:
-Mira esto Pablo, mi mano desaparecerá en tres… dos… uno…
Dicho esto, Carlitos mueve muy rápidamente sus brazos y
manos para tratar de despistar a Pablo, pero lo único que consigue es que las
cajas se caigan y terminen botando lo que tenían dentro por todos lados, entre ellos un
guante de látex rosado. Carlitos se levanta limpiándose la tierra, ambos miran
al mismo tiempo el guante de látex, en su imaginación esta es la mano de
Carlitos y espantados los dos corren gritando al interior de la casa. Una vez
en la casa Carlitos le dice llorando a su mamá:
-Mi mano, mi mano se salió.
La madre de Carlitos muy asustada revisa sus manos, al ver
que nada había pasado, regaña y castiga a Carlitos por decir mentiras que la
espantan. Carlitos desconcertado, pues estaba seguro de que había hecho que su
mano se saliera, seguía gritando entre llanto:
-Pero mi mano, yo hice que se saliera, mi mano… yo pude…
Mentiroso, mentiroso
Carlitos, ten cuidado con las mentiras que dices,
pues si se hace realidad, te
puedes llegar a lamentar.
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